Llega un momento en el que no puedes detenerte,
pedaleas por pura inercia,
porque lo has hecho durante horas,
porque tus piernas se funden con la bicicleta y con el camino...
Al principio, tenía miedos, estaba nervioso, no disfrutaba del viaje. Sentía que no iba a poder que no lo lograría, varias veces me dieron ganas de regresar, tirar la toalla como se dice en el argot mexicano.
Cuando llegue a metepec pensé que todavía podía regresar, pero algo me decía que tenía que seguir. Una vez que tome la autopista siglo 21 supe que no había marcha atrás, el camino no es nada amable, ni siquiera para quien va en carro, ¿que podía esperar yo para mi que iba en bici?
Una subida, otra, otra más y una más y el temor de no lograrlo... el sol, la sed, la soledad son mala compañía, muy mala compañia. Pasaba por mi mente pedir aventon pero no lo hice.
Y varias veces vi en el cielo a un ave, me acompañaba con su vuelo, yo lo saludaba con un silbido.
Siempre después de una subida hay una bajada, después de una curva hay una recta y atrás sólo quedan tus miedos... Piensas miles de cosas, hablas contigo mismo y te contestas preguntas que sabes no tenías respuesta.
Por fin te das quenta sin querer que has llegado a tu destino, una raya tras otra más te hacen sentir bien. El hambre, la sed, el miedo quedaron atrás, muy atrás tanto que no los vas a volver a ver nunca más...
La hospitalidad de un hogar, conocer gente que te da ánimos y se asombra de tus ideas locas, son cosas que no puedes pagar, no tienes como pagar, sólo brindarles la misma hospitalidad quando sea requerida...
No recuerdas que soñaste, sólo que te duelen las rodillas, más la derecha y te das quenta después de muchas veces de haberlo hecho que hay un movimiento que haces al subirte a la bici que hace rotar tu rodilla y que te la va lastimando, te duele pero si no lo haces no llegas.
En el camino cantas, y cantas en la mente, a veces en voz alta, canciones que habías creído olvidadas...
Ves mucha gente, algunas de ellas en bicicleta, algunas van por el mandado, a la tienda, a ver a una persona especial, y pienso "yo soy como un ave migratoria, que viaja un camino largo y ellos son aves que no van más allá de donde tienen comida" los veo y me da gusto que anden en bici, con algunos cruzas la mirada y hacemos un gesto mutuo de respeto y ánimo a seguir...
Tu sabes que adelante en el camino hay un obstáculo que es difícil de vencer, tiene curvas cerradas, todas de subida, sin acotamiento... El sólo nombre da mucho que pensar : cañón de lobos.
Sabes que después de ese obstáculo ya libraste el último gran temor...
Al final vas pedaleando libre, la gente te ve raro, vas sin playera porque el calor no lo aguantas, ya llegaste a donde tenías que llegar desde la primera pedaleada que diste, sólo que todo lo que cargabas se fue quedando en ese mismo camino que te costó mucho andar y que te enseñó mucho.
veinte vientos...